"La sociedad humana es un género de soledad"Alfred TennysonQuizá por eso mi hermano nunca me comprendió... B.Leen.Un poema escrito al saber que Shakespeare y Cervantes murieron el mismo día:
Ray Bradbury
El gran Shakespeare perdido. Ausente Cervantes.
El sol desciende a la noche. La caída
rechaza todo fulgor.
El tiempo contiene el aliento ante esta coincidencia funesta. ¿Pero es posible? ¿Y es así como
esos dioses gemelos van a la oscuridad?
¡Todo en el mismo día! ¿Y nadie detuvo
la cosecha de este terrible desgranar?
En cada campo y cada luz
ellos, ardiendo, empujados hacia la sombra.
Ya la noche retoma el tamaño que le corresponde,¿Hace falta un espíritu? ¡No! La muerte arrebatará dos.
Uno primero. El mundo gira hacia el despojo
¡Después dos! Golpes leves para devolver el delicado equilibrio
Dos cometas apagados en menos de una semanaPrimero España, luego el inesperado moretón a Inglaterra
El mundo enmudecido por el estupor y el miedo
La Antártida derritiéndose en lágrimasy las ánimas de los Césares explotaban;
alza ensangrentados ojos la Amazonia. Una época ha terminado, y atestigua
un día brutal,
cuando la inteligencia divina nos dejó solos
sin el agonizante Will y su par español.
¿Quién osará medirse y valorar cada pluma?
No veremos otras cumbres gemelas como ésas.
¿Shakespeare perdido, Cervantes muerto?
Las venas de Dios se coagulan
y la luz se ha ido, clausúrase el día.
Dos gigantes arrebatados en menos de una jornada,
dos cimas, segados por un certero tajo de la muerte.
Cristo perplejo, reabiertas las heridas. Dios retiene el aliento.
Y nosotros titubeantes por ese par caído.
La aridez del día aterra.
Como si un antiguo Tribunal de Reyes
para Césares o cosas magnas,
en pago a su majestuosidad,
que sean ahogados en una edad obscena
inmutable dictara: “Dos gigantes –muertos”
Primero uno y nuestro otro ojo enseguida
Conmueve Dios con grandeza, luego sueña la inmensidad.
¿Uno no es suficiente? No, podría notarse
el vacío a medio llenar si sólo Shakespeare, abismado
en fuga hacia la ruina y al riguroso crepúsculo.
Así, al principio lamentando, ya luego con risa,
Dios ha medido y colmado esa otra mitad.
Cervantes atravesado fijo en una tabla,
el corazón de cometa pleno y rebosante.
Dios los envió fuera a ambos, par de astros de fuego
nacidos colosales y espléndidos monstruos de océanos para su goce,
tras muchos largos años, desde que suplicábamos por riendas.
¿Dónde Cervantes sumado a Shakespeare esconde su
caída? Resuenan ecos alrededor del escenario
y todavía tratamos de cuantificar nuestra conmoción,
pues dónde queda el sentido de esto.
Nuestra mano derecha y nuestro Derecho perdimos.
¡Cuáles aplaudidos, juntos, aclamaron
a Dios y la Causa Cósmica Primordial!
Mas Cervantes y el Bardo quedan rígidos.
¿Dos sueños indómitos en una muda cápsula subterránea?
Dejemos a todos los ecos fluir en las mareas
donde los cometas son sus puentes colgantesy a Cervantes y al burlón Will
dar golpes al aire con nuestras esperanzas más ambiciosasy advertirnos en las pesadillas de la cama.
Llorad: ¿El Quijote y Hamlet muertos?
¿Caídos, en un único día? ¡Expulsados! ¡Abatidos, arrancados!
De ninguno de esos funerales sabré
Sus epitafios, sus lápidas, rechazo.
Déjenme sus libros, muéstrenme a sus Musas.Hasta por un día, o al menos, una semana
desafío a hablar a Cervantes y a Shakespeare,
a que colmen mi corazón y enciendan mi mente.
¿Con qué? Noble Caballero, íntegro Lear, ¡Muertos no! ¡Muertos no!