Bren, feliz (?), con un stick-gel en el cachete (del rostro)... mucho antes de sucesos varios (con carencia de avivar llamas... o de tirar leñas a la hogera... me guardo pelotudos motivos.), En fin... Buscando otro planeta, otra galaxia... un jardín en el espacio.... Donde ser feliz.
Claaaro.... Idiosincracia.
Idiotéz, a más no poder.
Que terrible,
Que espanto.
Que asco!
Suciedad aparentemente limpia.
Asco, asco, asco, asco!
Pútriamente pérfido para la salud!.
En algún momento intenta acercarse a la memoria,
Some Instante donde fui feliz...
Por que solamente de eso se trata.
Y sigo pensando que esto es un asco.
¿Que tán no bello es lo tuyo que te preocupás desmedidamente por lo mío...?
Já! Indiosincracia... Si...
jueves, 27 de septiembre de 2007
domingo, 23 de septiembre de 2007
miércoles, 19 de septiembre de 2007
Luz eternamente externa
Blenn
Hoy necesito un poquitito más de tu aliento.
Fui herido de un balazo que dio directamente al orgullo.
Y reconocí aquella luz en tus ojos, claro… La de siempre
Sólo que solamente hoy, hoy la pude ver.
Fuerza que me da tu fuerza
Aliento que me da tu aliento
Ánimo que solo tu ánimo puede darme.
Te voy a amar eternamente, como la luz eternamente externa
Aunque un eclipse la opaque… nunca, dejará de existir.
viernes, 14 de septiembre de 2007
Hoy, para Ray Bradbury y nada más que decir...
"La sociedad humana es un género de soledad"Alfred Tennyson
Quizá por eso mi hermano nunca me comprendió... B.Leen.
Un poema escrito al saber que Shakespeare y Cervantes murieron el mismo día:
Ray Bradbury
El gran Shakespeare perdido. Ausente Cervantes.
El sol desciende a la noche. La caída
rechaza todo fulgor. El tiempo contiene el aliento
ante esta coincidencia funesta.
¿Pero es posible? ¿Y es así como
esos dioses gemelos van a la oscuridad?
¡Todo en el mismo día! ¿Y nadie detuvo
la cosecha de este terrible desgranar?
En cada campo y cada luz
ellos, ardiendo, empujados hacia la sombra.
Ya la noche retoma el tamaño que le corresponde,
¿Hace falta un espíritu? ¡No! La muerte arrebatará dos.
Uno primero. El mundo gira hacia el despojo
¡Después dos! Golpes leves para devolver el delicado equilibrio
Dos cometas apagados en menos de una semana
Primero España, luego el inesperado moretón a Inglaterra
El mundo enmudecido por el estupor y el miedo
La Antártida derritiéndose en lágrimas
y las ánimas de los Césares explotaban; alza
ensangrentados ojos la Amazonia.
Una época ha terminado, y atestigua
un día brutal,
cuando la inteligencia divina nos dejó solos
sin el agonizante Will y su par español.
¿Quién osará medirse y valorar cada pluma?
No veremos otras cumbres gemelas como ésas.
¿Shakespeare perdido, Cervantes muerto?
Las venas de Dios se coagulan
y la luz se ha ido, clausúrase el día.
Dos gigantes arrebatados en menos de una jornada,
dos cimas, segados por un certero tajo de la muerte.
Cristo perplejo, reabiertas las heridas. Dios retiene el aliento.
Y nosotros titubeantes por ese par caído.
La aridez del día aterra.
Como si un antiguo Tribunal de Reyes
para Césares o cosas magnas,
en pago a su majestuosidad,
que sean ahogados en una edad obscena
inmutable dictara: “Dos gigantes –muertos”
Primero uno y nuestro otro ojo enseguida
Conmueve Dios con grandeza, luego sueña la inmensidad.
¿Uno no es suficiente? No, podría notarse
el vacío a medio llenar si sólo Shakespeare, abismado
en fuga hacia la ruina y al riguroso crepúsculo.
Así, al principio lamentando, ya luego con risa,
Dios ha medido y colmado esa otra mitad.
Cervantes atravesado fijo en una tabla,
el corazón de cometa pleno y rebosante.
Dios los envió fuera a ambos, par de astros de fuego
nacidos colosales y espléndidos monstruos de océanos para su goce,
tras muchos largos años, desde que suplicábamos por riendas.
¿Dónde Cervantes sumado a Shakespeare esconde su
caída? Resuenan ecos alrededor del escenario
y todavía tratamos de cuantificar nuestra conmoción,
pues dónde queda el sentido de esto.
Nuestra mano derecha y nuestro Derecho perdimos.
¡Cuáles aplaudidos, juntos, aclamaron
a Dios y la Causa Cósmica Primordial!
Mas Cervantes y el Bardo quedan rígidos.
¿Dos sueños indómitos en una muda cápsula subterránea?
Dejemos a todos los ecos fluir en las mareas
donde los cometas son sus puentes colgantes
y a Cervantes y al burlón Will
dar golpes al aire con nuestras esperanzas más ambiciosas
y advertirnos en las pesadillas de la cama.
Llorad: ¿El Quijote y Hamlet muertos?
¿Caídos, en un único día? ¡Expulsados! ¡Abatidos, arrancados!
De ninguno de esos funerales sabré
Sus epitafios, sus lápidas, rechazo.
Déjenme sus libros, muéstrenme a sus Musas.
Hasta por un día, o al menos, una semana
desafío a hablar a Cervantes y a Shakespeare,
a que colmen mi corazón y enciendan mi mente.
¿Con qué? Noble Caballero, íntegro Lear, ¡Muertos no! ¡Muertos no!
Quizá por eso mi hermano nunca me comprendió... B.Leen.
Un poema escrito al saber que Shakespeare y Cervantes murieron el mismo día:
Ray Bradbury
El gran Shakespeare perdido. Ausente Cervantes.
El sol desciende a la noche. La caída
rechaza todo fulgor. El tiempo contiene el aliento
ante esta coincidencia funesta.
¿Pero es posible? ¿Y es así como
esos dioses gemelos van a la oscuridad?
¡Todo en el mismo día! ¿Y nadie detuvo
la cosecha de este terrible desgranar?
En cada campo y cada luz
ellos, ardiendo, empujados hacia la sombra.
Ya la noche retoma el tamaño que le corresponde,
¿Hace falta un espíritu? ¡No! La muerte arrebatará dos.
Uno primero. El mundo gira hacia el despojo
¡Después dos! Golpes leves para devolver el delicado equilibrio
Dos cometas apagados en menos de una semana
Primero España, luego el inesperado moretón a Inglaterra
El mundo enmudecido por el estupor y el miedo
La Antártida derritiéndose en lágrimas
y las ánimas de los Césares explotaban; alza
ensangrentados ojos la Amazonia.
Una época ha terminado, y atestigua
un día brutal,
cuando la inteligencia divina nos dejó solos
sin el agonizante Will y su par español.
¿Quién osará medirse y valorar cada pluma?
No veremos otras cumbres gemelas como ésas.
¿Shakespeare perdido, Cervantes muerto?
Las venas de Dios se coagulan
y la luz se ha ido, clausúrase el día.
Dos gigantes arrebatados en menos de una jornada,
dos cimas, segados por un certero tajo de la muerte.
Cristo perplejo, reabiertas las heridas. Dios retiene el aliento.
Y nosotros titubeantes por ese par caído.
La aridez del día aterra.
Como si un antiguo Tribunal de Reyes
para Césares o cosas magnas,
en pago a su majestuosidad,
que sean ahogados en una edad obscena
inmutable dictara: “Dos gigantes –muertos”
Primero uno y nuestro otro ojo enseguida
Conmueve Dios con grandeza, luego sueña la inmensidad.
¿Uno no es suficiente? No, podría notarse
el vacío a medio llenar si sólo Shakespeare, abismado
en fuga hacia la ruina y al riguroso crepúsculo.
Así, al principio lamentando, ya luego con risa,
Dios ha medido y colmado esa otra mitad.
Cervantes atravesado fijo en una tabla,
el corazón de cometa pleno y rebosante.
Dios los envió fuera a ambos, par de astros de fuego
nacidos colosales y espléndidos monstruos de océanos para su goce,
tras muchos largos años, desde que suplicábamos por riendas.
¿Dónde Cervantes sumado a Shakespeare esconde su
caída? Resuenan ecos alrededor del escenario
y todavía tratamos de cuantificar nuestra conmoción,
pues dónde queda el sentido de esto.
Nuestra mano derecha y nuestro Derecho perdimos.
¡Cuáles aplaudidos, juntos, aclamaron
a Dios y la Causa Cósmica Primordial!
Mas Cervantes y el Bardo quedan rígidos.
¿Dos sueños indómitos en una muda cápsula subterránea?
Dejemos a todos los ecos fluir en las mareas
donde los cometas son sus puentes colgantes
y a Cervantes y al burlón Will
dar golpes al aire con nuestras esperanzas más ambiciosas
y advertirnos en las pesadillas de la cama.
Llorad: ¿El Quijote y Hamlet muertos?
¿Caídos, en un único día? ¡Expulsados! ¡Abatidos, arrancados!
De ninguno de esos funerales sabré
Sus epitafios, sus lápidas, rechazo.
Déjenme sus libros, muéstrenme a sus Musas.
Hasta por un día, o al menos, una semana
desafío a hablar a Cervantes y a Shakespeare,
a que colmen mi corazón y enciendan mi mente.
¿Con qué? Noble Caballero, íntegro Lear, ¡Muertos no! ¡Muertos no!
miércoles, 12 de septiembre de 2007
Autorretrato
(1500/Autorretrato, Alberto Durero)
El que quiere saber que me pasa, seguramente intentó averiguarlo de la manera más dañina...
El que me quiere... me hace más daño
El que me escucha, quiere escuchar de más
El que me aconseja, no se da cuenta
El que me grita, odia mis gritos
El que me contempla en silencio, enloquece de insertidumbre
¿Piensan acaso, soy un "corcho" al que habría que "clavarle" un metal para estirparle cada pedacito de alma...?
Quiero un silencio, ahí me sentiría cómoda
Quiero unos días, así calmaría mi sed de soledad
Quiero que me esperes, no me entiendas
La ansiedad puso cada tranca... cada candado...
Lo selló con ácido de muerte. Leen
El que quiere saber que me pasa, seguramente intentó averiguarlo de la manera más dañina...
El que me quiere... me hace más daño
El que me escucha, quiere escuchar de más
El que me aconseja, no se da cuenta
El que me grita, odia mis gritos
El que me contempla en silencio, enloquece de insertidumbre
¿Piensan acaso, soy un "corcho" al que habría que "clavarle" un metal para estirparle cada pedacito de alma...?
Quiero un silencio, ahí me sentiría cómoda
Quiero unos días, así calmaría mi sed de soledad
Quiero que me esperes, no me entiendas
La ansiedad puso cada tranca... cada candado...
Lo selló con ácido de muerte. Leen
martes, 11 de septiembre de 2007
El caballero, la Muerte y el Diablo
Melancolía
. (Alberto Durero, Alemania) .
No tendré palabras,
No tenderé respuetsas,
Pero si un vacío vicioso,
que me enjuga el alma entera,
Dios, si sabré en la que estoy.
Leen
Melancolía
. (Alberto Durero, Alemania) .
No tendré palabras,
No tenderé respuetsas,
Pero si un vacío vicioso,
que me enjuga el alma entera,
Dios, si sabré en la que estoy.
Leen
martes, 4 de septiembre de 2007
sábado, 1 de septiembre de 2007
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